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Defender la tierra desde las raíces: Artemali, mujeres nahuas al cuidado de la Malintzi

“Soy bióloga de profesión, pero activista de corazón”, afirma María del Socorro García Hernández, integrante orgullosa de Artemali Ocoxal: Tradición Contemporánea. Esta empresa conformada por 18 mujeres indígenas, que se autodenominan guardianas comunitarias de la Malintzi, nace también como respuesta a la tala clandestina en su comunidad, y como una forma de resistencia que une conciencia ambiental, economía solidaria y tradición artesanal.

A través de la recolección de ocoxal —acículas de pino caídas—, las mujeres de Artemali producen objetos decorativos y utilitarios como paneros, portavasos, bolsos, tapetes y joyería. Pero su trabajo va más allá del arte: es también vigilancia comunitaria del bosque, recolección de basura, acompañamiento a brigadas contra incendios forestales y, sobre todo, una forma de cuidar el territorio.

“Primero nace la defensa y después el proyecto de artesanía”, señala Socorro García, quien insiste en que el modelo extractivista y antropocéntrico que prevalece en el mundo ha puesto a la sociedad en un punto de quiebre. Su llamado es claro: cambiar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza y reconocer los derechos de los árboles, “seres sintientes que no hablan, pero que sostienen la vida”.

Desde su fundación en 2009, Artemali Ocoxal ha trascendido fronteras con piezas únicas inspiradas en la montaña, la colectividad y la justicia. Su propuesta suma al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsa el consumo responsable y representa un modelo de economía local sustentable con enfoque de género y justicia ambiental.

La IBERO Puebla, en consonancia con su vocación jesuita y compromiso con los derechos humanos, reconoce en Artemali una experiencia ejemplar de defensa territorial con dignidad, identidad y esperanza. En palabras de Socorro García: “No hay justicia social en nuestras comunidades sin justicia ambiental”.