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¿Precariedad u oportunidad? Académico IBERO Puebla explica implicaciones de empleos laborales decembrinos

Cada fin de año, el aumento del consumo y la circulación de dinero —impulsados por aguinaldos y compensaciones— genera un repunte en la actividad económica. Sin embargo, este crecimiento también revela desigualdades estructurales en el mercado laboral mexicano, siendo que también hay una pérdida importante de empleos: tan solo en 2023, el IMSS reportó la pérdida de 345,705 empleos formales.

Así lo explicó el Dr. Miguel Calderón Chelius, académico del Departamento de Ciencias Sociales y coordinador del Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla. A través de dicha instancia, ha realizado una labor de investigación y registro de los impactos de los salarios y la economía en las familias mexicanas, la cual presenta cambios significativos en estas fechas decembrinas.

Durante esta temporada, señaló, sectores como restaurantes, tiendas departamentales, mercados, estacionamientos y servicios en general incrementan su demanda de personal para atender el aumento en el flujo de clientes. Este fenómeno produce un crecimiento notable de empleos temporales que solo existen durante las semanas cercanas a diciembre.

No obstante, estos empleos suelen tener dos características preocupantes: son temporales y precarios. El Dr. Calderón Chelius explicó que se trata de trabajos mal pagados, con condiciones semiformales o incluso informales, y una fecha de terminación muy clara, pues concluyen a finales de diciembre o en enero.
Si bien estas ocupaciones representan una posibilidad de ingreso para muchas personas y sus familias, también pueden convertirse en una trampa, ya que no resuelven la necesidad real y permanente de empleo digno. En un mercado laboral más funcional, destacó el académico, estos trabajos podrían ser una verdadera oportunidad para jóvenes estudiantes.

Este último sector destaca debido a que continuamente buscan ingresos temporales al finalizar el año para cubrir intereses personales, familiares e incluso académicos. Sin embargo, la estructura laboral mexicana hace que estos puestos sean ocupados por un amplio sector de personas en edad de trabajar que enfrentan condiciones muy limitadas, como jornadas extensas y escasa estabilidad.