Estudiantes del Tec crean silla de ruedas que se controla con el pensamiento
Estudiantes Un equipo de estudiantes del Tecnológico de Monterrey campus Puebla ha logrado lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción: una silla de ruedas que se controla con la mente.
Bajo el nombre de X-Chair, esta innovación utiliza una interfaz no invasiva cerebrocomputadora que capta las ondas cerebrales del usuario para permitirle avanzar, girar o detenerse, sin necesidad de mover un solo músculo.
El sistema fue desarrollado en tan solo nueve semanas por los estudiantes José Alberto Díaz, Cristian Contreras, Daniel Munguía y Eduardo Zárate, con la mentoría de la profesora Debbie Hernández.
El dispositivo combina un lector de ondas cerebrales Muse 2, un sistema de interpretación de señales encefalográficas, y un Arduino Uno R4 WiFi que comunica las señales a los motores de la silla.
Actualmente, X-Chair se encuentra en fase de validación con usuarios reales, incluyendo personas con parálisis motriz severa.
“Ver al profesor Yunes moverse de forma autónoma, sin asistencia, fue muy conmovedor para todo el equipo”, comentó Cristian Contreras.
Una herramienta para devolver la autonomía Más allá del desarrollo tecnológico, los estudiantes buscaban atender una necesidad crítica: devolver la autonomía a personas con movilidad reducida severa, como aquellas con cuadriplejía que no pueden utilizar una silla eléctrica convencional.
En México, se estima que más de 8 millones de personas tienen discapacidad para caminar, y cada año se registran 18.1 casos de lesión medular por cada millón de habitantes.
“Nosotros teníamos la intención de desarrollar un proyecto social. Y en ese momento nos preguntamos: ¿Qué pasaría si alguien pudiera mover una silla de ruedas solo con su mente?”, compartió Alberto Díaz.
Durante el proceso de validación, el equipo probó el prototipo con el profesor Yunes, quien vive con poliomielitis y utiliza silla de ruedas.
Su reacción —de sorpresa, emoción y esperanza— confirmó el potencial transformador de la X-Chair. Además de facilitar la movilidad, la silla busca abrir posibilidades reales de independencia para millones de personas.
Innovar con propósito Este desarrollo fue posible gracias al ecosistema de innovación del Tec de Monterrey, donde el equipo encontró acompañamiento técnico, asesoría multidisciplinaria, espacios de validación, y contacto con investigadores nacionales e internacionales.
La profesora Debbie Hernández destacó la importancia de “apoyar las ideas locas que nacen del deseo genuino de transformar la realidad”. X-Chair demuestra que la educación puede ser una herramienta de impacto real cuando el conocimiento técnico se combina con empatía, visión social y trabajo colaborativo. colaborativo. Hoy, sus creadores no solo sueñan con un futuro más accesible: están construyéndolo.